Danielle L. Carstairs

Dan se llevó parte de su esencia angélica al adquirir una forma humana. Tiene un aspecto puro, blanco, que le dan una apariencia quizá demasiado pura. Su pelo, largo y liso, destaca sobre el resto por su claridad. Sus ojos, azules como el mismísimo cielo, parecen gritar su procedencia.
Tiene una pose estilosa, sutil, grácil. Parece que cuando camina va flotando, se mueve con libertad y agilidad, con movimientos precisos, a veces tanto que parecen estar calculados con anticipación. Alta como es, su figura suele resaltar de entre todas las presentes. Como ángel Gabriel no ha sido capaz de evaporar esa parte de su ser.
Su rostro muestra ciertos rasgos infantiles, unos dientes blancos que parecen brillar cuando sonríe, enmarcados en unos labios rosados.

Si Danielle sonríe prepárate, porque no hay nada más que su sonrisa. Es una persona que tiene la capacidad de llamar la atención de todo el mundo, que todos se fijen en ella, es como una manada de elefantes en medio de la quinta avenida. Si bien Danielle tiene un humor bastante cálido, no siempre es así. Por lo general vive en un mundo repleto de sonrisas y bromas. Ante ti tendrás a una persona que habla con todos y de todo, pues Danielle no deja de leer, tiene esa habilidad de conocer mundo y de saber ponerlo en práctica.
Si bien el sarcasmo está al día en su vocabulario no siempre lo utiliza, sabe como utilizarlo y es realmente raro que alguien se sienta ofendido con cualquiera de sus comentarios. Como ángel que es tiene esa pequeña aura que hace que todo el mundo se tranquilice, hasta cierto punto, claro.
Pero ella no es todo un ángel, cuando se enfada mejor no estar cerca. Es de esas personas que si se enfurecen haría cualquier cosa. A veces puede parecerse a una rabieta de niña pequeña, coge las cosas y las lanza a cualquier lugar, se desespera grita y patalea. Pero otras su enfado es mucho más aterrados, se mantiene serena, aunque sus ojos muestran parte de ese enfado que tiene, contestará con un habla siseante, sus gestos se verán sosegados y todo ello hará que la persona con la que esté hablando no sepa cuando es el momento en el que explote.
Perseverante en lo más importante, Danielle tiene una misión y siempre está pensando en ella, calculando cómo conseguirlo con el menor número de muertes. Si hay algo en su lista principal de cosas por hacer, ten por seguro que no parará hasta conseguirlo, luchará por ello con uñas y dientes. Aunque, por lo general cuando su imaginación se pone en marcha de la cabeza de Danielle puedes descartar toda idea convencional, es muy creativa en lo que ha ideas se refiere.
Si hay algo que la saque de quicio, ese algo tiene nombre y es Charlotte, no la puede ni ver y esa "chica" hace sacar lo peor de ella.

El tabaco, posiblemente el único olor fuerte que le agrada. Un día de lluvia. Esas personas que saben de lo que hablan, que no se dan aires de grandeza. Leer, Dan siempre tiene un libro en sus manos, y es que siempre quiere ampliar sus conocimientos.

Todos esos olores fuertes, a Dan solamente consiguen que se maree. Charlotte. No soporta cuando pregunta algo y la respuesta que obtienen es únicamente una evasiva, quiere que vayan directos al grano. Pero sobre todas las cosas que Danielle odia predomina la mentira, mentir a Dani es lo peor que se puede hacer.

Siempre tiene algo entre las manos. Se muerde el labio constantemente, sobretodo si algo es especialmente de su agrado. No le gusta tener el pelo en su campo de visión, por lo que siempre se está apartando el flequillo.

Ella es la típica chica que como la subas más arriba de lo humanamente posible muere del pánico. Soporta estar en lugares altos siempre y cuando no vea el suelo, si lo ve, malo. Estar sola, no físicamente, pues eso le da igual, sino sentir que no tiene a nadie más a su alrededor, que nadie la apoya; tanto a ella como a su causa.

Gabriel, como ángel, hizo su aparición mucho antes de que los humanos fueran tantos, incluso antes de que aparecieran. Ha caminado entre ellos durante milenios, acompañándolos en su crecimiento, ayudándolos en todo, intentando que no se corrompan. Siempre enviando mensajes, siempre atenta a ellos...

Ha tenido tantos cuerpos humanos que ya ha perdido la cuenta, y siempre se ha sentido extraña en ellos, como si llevase un peso demasiado grande a su espalda. Gabriel es ese ángel que prefiere ser libre, ir a su aire en el estado etéreo. Pero Dios le ha encomendado una misión, y sobre cualquier cosa, Gabriel no desobedece a Dios. Por eso se ha vuelto a camuflar entre los humanos, esta vez para salvarlos del plan de los demonios. Esta vez su forma humana se hace llamar Danielle, y la historia que sigue a este nuevo personaje de Gabriel es la siguiente.

Blanco... aquella noche no había nada más que una caída incesante de copos de nieve blancos, Danielle nació en plena nevada una noche cualquiera de invierno. Si la gente se hubiera dado cuenta en aquel momento, los ojos de Danielle era increíblemente azules, casi blancos, que se fueron oscureciendo hasta adquirir ese azul claro que ahora predomina en sus ojos. Dan no tenía padres, no vivos, por lo que fue enviada a un orfanato donde creció y fue educada durante buena parte de su vida. Hasta que consiguió la edad suficiente como para marcharse de allí y poder valerse por sí misma sin levantar sospechas. Pues aunque Danielle fuera una niña tenía la mente de un ángel de siglos de edad.

Poco tiempo después de irse del orfanato supo de la existencia de cierto internado en el que parecían reunirse las fuerzas demoníacas, por eso hizo llamar a todos los ángeles y los indicó que debían de ir allí. Desde ese momento Danielle ha vivido en el internado. Por supuesto, no es la primera vez que pisa ese lugar, pues en muchas de sus formas humanas ha estado allí, pero éstas se van degenerando con el paso de los años y finalmente siempre hay un periodo en el que tiene que desaparecer.

La guerra que lleva tantos años librando está llegando a un punto importante, no solo porque han surgido dos nuevas especies que no deberían existir, sino porque los demonios parecen con más fuerza que nunca. Aunque, claro, eso es debido a que Lucifer a vuelto, y está con ellos, en el internado.
El tiempo corre en su contra y Danielle juega con un cronómetro tras la cabeza.

# Es zurda
# Siente una atracción más que considerable hacia las artes, cualquier cosa de ese tipo le fascina demasiado.
# Su muñeca derecha está repleta de pulseras de todo tipo.
# Lleva un collar que mira casi cada día para recordar por qué está aquí.